En Consultores CAM brindamos asesoría y consultoría para el diseño, desarrollo e implementación de programas integrales en las Buenas Prácticas de Manufactura (BPM).
| ESTANDARES DE CALIDAD
¿Qué son las BPM?
Las Buenas Prácticas de Manufactura (BPM o GMP en inglés) establecen las condiciones y requerimientos generales de higiene que se deben de aplicar en la manipulación, elaboración, envasado, almacenamiento, transporte, distribución y comercialización de alimentos para garantizar la inocuidad de productos para el consumo de manera que no afecten su salud.
Tienen como objetivo garantizar que los productos en cada una de las operaciones mencionadas cumplan con las condiciones sanitarias adecuadas disminuyendo los riesgos inherentes a la producción.
Las BPM se articulan con las BPA y ambas son prerrequisitos del sistema de Análisis de Peligros y Puntos Críticos de Control (HACCP de las siglas en inglés Hazard Analysis Critical Control Point).
BPM – sinónimo de responsabilidad e inocuidad en los alimentos
| ASESORÍA
Buenas Prácticas de Manufactura (BPM)
Para llevar a cabo la implementación Buenas Prácticas de Manufactura (BPM), inicialmente se realiza un diagnóstico para conocer su situación actual.
Elaboramos un plan de implementación que contendrá una metodología probada con resultados satisfactorios. Para llevar a cabo este plan, un asesor será asignado para el desarrollo de las etapas e implementar Buenas Prácticas de Manufactura en apego y cumplimiento a los requerimientos aplicables.
El servicio de asesoría que brindamos es continua y personalizada, así como un entrenamiento diseñado para el logro de los objetivos.
| ASESORÍA
¿Cuáles son los beneficios al implementar las BPM?
Lograr productos alimenticios inocuos y con la calidad deseada.
Mantener la confianza de los consumidores.
Prevenir las Enfermedades Transmitidas por Alimentos (ETA).
Proporcionar evidencia de una manipulación segura y eficiente de los alimentos.
Reducir reclamos, devoluciones, reprocesos y rechazos.
Mejorar la productividad, mediante la reducción de tiempos de ejecución de las actividades y el establecimiento de puntos críticos como cuellos de botella.
Permiten cumplir requerimientos legales, nacionales e internacionales.
Aumentar la competitividad de la empresa.
Son la base fundamental para la implementación de cualquier sistema de calidad e inocuidad.
Mejoran la comunicación interna en la organización.